sexta-feira, maio 06, 2011

La muerte hastiada.- Frantz Ferentz


ayer
pasó por la acera
bajo mi ventana
la muerte
sin necesidad de sigilo
ni tacones

la reconocí enseguida
era mi muerte
desdentada
desvirgada 
descarada
deslenguada
desteñida
y desnortada

y me habló
y su habla quemaba
-como siempre-

la muy puta
sabe cómo hacer
para que no la olvide

pero da igual
hasta la muerte se muere
aunque sea de hastío
y deja el paso libre
para coger el tranvía
en Malá Strana
-o es en la Alfama?-
y así me adormezco
en los duros asientos
junto a una anciana sin tiempo
que me adopta
hasta la próxima parada

© Frantz Ferentz


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