ahora ya sé
que puedo amar
a todas las mujeres
que me fascinan
tú
y tú
y tú
y aún tú
amaros
sin que lo sepáis
o aun sabiéndolo
amaros
despacio
o boca arriba
amaros por vuestra boca repentina
o por vuestro pelo mojado
o por vuestra brisa escondida
bajo la blusa
sé que puedo
y quiero
amaros
aunque solo sea
unos instantes
aunque solo sea
unos instantes
y nadie
me obligará a cerrar
los ojos
tras mi último aliento
© Frantz Ferentz, 2011
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