tu tristeza
pegajosa
en disparos
acechando desde la sombra
tu tristeza
recubrió tu rostro
y tu nombre
y las ondas de tus caderas
hasta ceñirte a la calle
tú
a solas
con tu tristeza
mas
tu lágrima caliente
resquebrajó tanta tristeza
con moléculas
de aliento
recuerda
no le pongas
nunca
nombre
a la tristeza
© Frantz Ferentz, 2011
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