con aquel pequeño
lápiz
garabateaba en el aire
«escribo destinos»
decía
cuando se le gastaba la punta
llamaba al viento
para que le afilase la lengua
y volvía
volvía a escribir
en la brisa
destinos
que nadie creía
la última vez
no recuerdo
si era una calle vagabunda
una mirada perdida
o un tranvía jubilado
mas seguía chupando
la punta del lápiz
y escribía
escribía
el fin del mundo
en las servilletas
mientras hablaba
de tú a tú
con la cerveza
© Frantz Ferentz, 2011
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