a veces
cuando tú no estás
la calle
y la almohada
huelen a ángeles
pienso
que es cosa de mi imaginación
que me falta
tu abrazo
o un café en tu boca
—tu boca
además de a ángeles
sabe a café—
y pienso en ellos
en los ángeles
que huelen tu cabello
para oler como tú
o tú como ellos
© Frantz Ferentz, 2011
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