veinte lágrimas
de soledad
tres suspiros
de melancolía
tristeza
en polvo
mézclense los ingredientes
con suma atención
no permita que huyan
o se finjan incompatibles
-incompatible solo es la memoria-
ponga la mezcla
a fuego lento
en su boca
gima todo cuanto quiera
patalee para hornearlo
en su justa e irracional e iracunda medida
odie al mundo
y sus órbitas
aunque no pasen tranvías por su casa
sirva en páginas blancas
dosis pequeñas
y confitadas
añada toques de reproche
según su gusto
listo para colmar
dulce de ausencia
Frantz Ferentz, 2013
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