ha vuelto
a pasar
el silencio se me ha acercado
de puntillas por detrás
ha mirado cauteloso
por encima de mi hombro
hacia la pantalla
de mi portátil
mi aliento estaba en bajamar
sin rastros de naufragio
me ha creído tranquilo
yo no invocaba diosas ajenas
y él se ha ido al cuarto de al lado
a seguir leyéndose
las rayas de la mano
capítulo sesenta y cinco
ha vuelto
a pasar
he engañado al silencio
con la soledad
si al menos me sintiese culpable...
Frantz Ferentz, 2013
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