quarta-feira, junho 19, 2013

FUE UNA TARDE EN OCAÑA

fue una tarde
de ninguna estación
tal vez hacía frío
no lo sé
pero tú me acompañabas
creo que caminabas a mi derecha
siempre pido a las mujeres que
se coloquen a mi derecha
cuestión de contentar la libido
de los viernes desahuciados

creo que caminabas
entre golondrinas
en la plaza mayor
sin atender a las terrazas
donde las mentes biempensantes
gemían oxidadas ante tus senos               planetas aún no habitados

fue solo una tarde
¿te acuerdas?
en Ocaña
donde nunca has estado conmigo
pero siempre he medido tu sombra ausente
por el viejo arco del café
que pide limosna
de pasos
y ecos

yo lo he atravesado esta tarde
pronunciándote
y el arco
                 triste
nos ha sonreído


Frantz Ferentz, 2013

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