En la escuela me enseñaron
que la recta es la distancia más corta
entre dos puntos,
pero en la escuela no sabían
que una recta y tú sois incompatibles,
que eres un punto móvil que desintegra
las distancias y se ríe de ellas,
que puedes estar al mismo tiempo
abarcando mi cintura y ser mis antípodas.
En la escuela me enseñaron a ser serio
responsable y sensato,
pero contigo al lado
las letras de tu nombre
se me descolocan,
se cuelan entre las letras de mi nombre,
deletreando tu boca,
a tientas y sin prisa.
En la escuela me enseñaron
que una marea no es caprichosa,
lo contrario que tú
que vas y vienes cuando te apetece,
te ríes en mi cara
me besas y te vas sin que yo sepa
si es para siempre
o para nunca.
Y es que en la escuela
jamás me enseñaron que tú
parirías toda esta tristeza
cada vez que te alejas.
Frantz Ferentz, 2015
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