las viejas señoritas
ahora juegan a ser putas
nunca lo fueron
nunca lo fueron
de noche maquillan sus almas
dejan sus pieles colgadas en la pared
como cuadros pues las enmarcan
son museos de desmemoria que nadie visita
y rezan al diablo con verborrea
pues quieren ser putas
mas nunca lo fueron
nunca lo fueron
las viejas señoritas se reúnen
para tomar infusiones de hiel
mientras con alguna de sus múltiples bocas
deshuellan sueños ajenos
que luego mojan en el té
insisten en ser putas
nunca lo fueron
nunca lo fueron
sus ropas adolescentes gritan académicas
despliegan sus uñas -carecen de alas- maternalmente letales
y se ríen juntas - como chiquillas centenarias
mientras se adulan llamándose putas
mas nunca lo fueron
putas
no - nunca lo fueron
las viejas señoritas se irán
dejando rastros de orín y pestilencia
a ninguna parte
por tanto sed pacientes
dejad que las pobres viejas se crean arpías
tal vez con las prisas
olviden recoger sus pieles de la pared
y se vayan desnudas del alma
y que nadie
nadie se crea
que alguna vez
han tenido la dignidad de las putas.
© Frantz Ferentz, 2018
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