el señor Tanaka
recoge un puñado de arena
de la playa sin reparar
en que ella
la playa
perdió su virginidad
hace décadas
con plásticos y cervezas
mas al señor Tanaka
parece no importarle
y hace con la arena
un ramillete
de ausencias
siempre descalzo
el señor Tanaka
pide disculpas a la arena
por tener que pisarla
no sabe volar
y vacila
entre el ocaso
y una última ola
Frantz Ferentz, 2014
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