quarta-feira, abril 27, 2005

Al retornar

Acabo de llegar a casa.
Aunque digan que no,
tengo un millón de motivos para hoy estar triste,
pese a la espada agridulce de esta primavera.
El polvo
se agrieta
en tu memoria. No, no estás aquí, como casi nunca.
Vuelvo a esta casa, vomitando memorias de aeropuerto,
me odia y me acaricia según
la data. El mundo no es una peonza, ni un pezón,
por desgracia,
ni tú
la palma de mi mano.

Hoy no es viernes.
Tú llegas un viernes.
Acaso entonces recojamos juntos jazmines en la acera.
Prefiero ahora no soñar,
no soñarte. Me causa aún
una más íntima tristeza. Después te he de confesar
una a una
todas mis lágrimas.

Y si te digo te quiero
con un SMS
o un silencio,
lo sabrás.
Por algo
eres bruja, como cuando navego tu cabello
en cascada. Pero no hoy.
No.
Hoy
esta casa pide que la limpien de tristeza.

Xavier Frías-Conde